Rutina de 5 pasos para la piel cabelluda sensible

¿Sientes ardor, comezón o hasta hormigueo en el cuero cabelludo? Aunque pocas veces se hable del tema, la piel cabelluda también es piel y, como cualquier otra parte del cuerpo, puede volverse sensible y requerir cuidados específicos.

¿Cómo saber si tienes piel cabelluda sensible?

La piel cabelluda sensible puede presentarse con síntomas como: ardor, comezón, sensación de hormigueo, dolor al tacto y enrojecimiento.

Estos síntomas suelen ser producto de una alteración en la barrera cutánea, que puede verse afectada por el estrés, el uso de productos inadecuados, enfermedades inflamatorias o incluso algunos champús mal formulados. Esta molestia es conocida como disestesia, una sensación anormal que muchas veces pasa desapercibida o se confunde con otros problemas.

¿Qué puede provocar la piel cabelluda sensible?

Entre las principales causas de la piel cabelluda sensible destacan:

Sobrecrecimiento de hongos (como la caspa).
Enfermedades como la rosácea, que pueden extenderse a la zona capilar.
Uso excesivo de geles o productos que retienen humedad en el cabello.
Alergias provocadas por ingredientes cosméticos que contienen ciertos productos para el cabello.
Accesorios ajustados como gorras o sombreros y su uso prolongado.

Incluso ingredientes que parecen “aliados” del cuidado capilar, como el romero o huevo, pueden agravar la inflamación si no están formulados correctamente.

Ya me di cuenta que tengo la piel cabelluda sensible, ¿qué puedo hacer al respecto?

Te presentamos una rutina de 5 pasos para aliviar la piel cabelluda sensible.

1. Usa agua tibia al bañarte: Evita el agua muy caliente, ya que puede irritar más la piel y aumentar la inflamación.

2. Cambia tu shampoo: Utiliza un shampoo suave, con ingredientes calmantes y sin fragancias artificiales. Si hay caspa, elige un producto específico con activos antiinflamatorios.

3. Cepilla con cuidado: Usa un cepillo de cerdas finas, preferentemente al aplicar acondicionador para evitar tirones innecesarios.

4. Seca tu cabello con temperatura media o fría: Evita el calor extremo del secador, ya que puede resecar e irritar más la zona afectada.

5. Revisa tus accesorios: Opta por usar sombreros suaves y evita los que queden muy ajustados, de preferencia evita usarlos de manera prolongada. Los accesorios apretados pueden aumentar la presión y el calor en la zona, agravando los síntomas.

¿Y los remedios caseros?

Si bien los remedios naturales pueden parecer inofensivos, en dermatología no siempre son recomendados. Aplicar productos sin respaldo clínico puede empeorar la inflamación o provocar alergias. Lo mejor es acudir con un especialista para obtener un diagnóstico certero y un tratamiento adecuado a tu tipo de piel.

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